Publicado en Vino 101

Burbujas en los Vinos Tranquilos


NO HABLAMOS AQUÍ DE UN VINO ESPUMANTE, en el cual la formación de burbujas es su raison d´etre, sino aquellos casos en que un vino tranquilo presenta un leve «cosquilleo» o «picor» en el ataque, muchas veces sentido en la punta de la lengua. Este fenómeno se presenta como pequeñas burbujas que ocurren debido a la presencia de gas carbónico (CO2) durante el proceso de vinificación; la levadura consume el azúcar del mosto de uva y produce alcohol y CO2 como subproductos. En algunos casos, el winemaker puede dejar una pequeña cantidad de azúcar residual en el vino para crear una fermentación secundaria en la botella, conocida como «fermentación malo-láctica». Esta fermentación puede producir CO2 adicional, lo que puede hacer que el vino desarrolle esa ligera efervescencia

Estas burbujas, que por lo general son muy finas, pueden presentarse debido a otros factores, como las fluctuaciones de temperatura o la presencia de determinadas bacterias. Sin embargo, hay que indicar que la presencia de burbujas en un vino seco no es necesariamente un signo de mala calidad, y muchos aficionados disfrutan de la efervescencia como una característica única del vino, asociada a una sensación refrescante.

Otra razón de las burbujas en el vino tinto seco puede deberse a un proceso llamado «microoxigenación», la que consiste en la introducción controlada de oxígeno en el vino durante el envejecimiento, lo que puede ayudar a suavizar los taninos y mejorar la estructura general del vino. Sin embargo, este proceso también puede provocar la formación de pequeñas burbujas en el vino

Si las burbujas son excesivas o el vino tiene un sabor muy efervescente o agrio, puede ser señal de un problema en el proceso de elaboración o en las condiciones de almacenamiento. En general, los vinos tranquilos secos no deben presentar burbujas, y si es el caso, conviene revisar la informacion brindada por la bodega, sea en la etiqueta o la web para verificar si es el estilo del vino, si ha ocurrido sin intención pero no altera la calidad del vino o si se le puede considerar un defecto.

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